La comunicación pública de la ciencia en México:
Una lectura sociocultural
Carlos
Enrique Orozco Martínez
carlose@iteso.mx
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente
(ITESO)
México
En
el terreno de la divulgación científica y tecnológica,
México no cuenta con una tradición consolidada, a pesar
de que desde los años de la Colonia, Carlos de Singüenza
y Góngora, Francisco Javier Clavigero y otros más empezaron
a hacer divulgación científica en los primeros periódicos
de la Nueva España. Los esfuerzos que se han hecho en este
terreno han sido más el resultado del trabajo y la buena voluntad
de un grupo de interesados que una articulación de grupos e
instituciones en una acción estratégica integral tendiente
a incrementar la cultura científica nacional. La divulgación
de la ciencia no es una actividad individual. Por definición
es un proceso de comunicación que puede entenderse en un sentido
más amplio, dentro de una dinámica de un fenómeno
social y político que tiene que ver con las complejas relaciones
entre la ciencia, la cultura y la sociedad. Es decir para abordar
en todas sus dimensiones el tema tradicionalmente llamado de la divulgación
científica, es necesario enfocarlo el estudio de la comunicación
pública de la ciencia, entendida en su escala más amplia.
Por
lo anterior, proponemos a la comunicación pública de
la ciencia como el conjunto de instituciones, estructuras mediadoras
y prácticas sociales a través de las cuales se produce,
circula y reproduce socialmente el sentido (conocimiento y disposición
para la acción) con respecto al patrimonio científico
de la sociedad y formulamos una propuesta sociocultural para su estudio
teórico que considere tres referentes básicos: la institucionalización,
las mediaciones y los agentes sociales. Para concluir, nuestra propuesta
de concebir a la comunicación pública de la ciencia
como un objeto de estudio y práctica social reconoce que lo
sociocultural alude precisamente al lugar donde se afectan las estructuras
sociales objetivas y los procesos simbólicos. De esta forma,
las articulaciones sociales entre el conocimiento científico,
las mediaciones, los medios y los públicos pueden llevar a
contribuir, desde el campo de la comunicación, a incrementar
la cantidad, promover la calidad y orientar hacia el servicio público
las actividades de “divulgación” científica.