Teatro de la docta ignorancia
Graciela
Merino
gmerino@isis.unlp.edu.ar
Ricardo Soler
José María Cóccaro
Sara González
Constanza Pedersoli
Patricia Rey
Andrea Torres
Antonio Sureda
Mundo Nuevo, Programa de Divulgación y Enseñanza de las
Ciencias.
Universidad Nacional de La Plata
Argentina
El
sugerente e imperecedero mundo del teatro ha constituido, desde las
manifestaciones más antiguas, la representación del profundo
universo anímico que es la vida y, a la vez, lanzamiento de posibilidades
teorizantes.
El teatro es un espacio de comunicación —encuentro que
nos permite la posibilidad de desentrañar el lugar que ocupamos
en la naturaleza y en nuestras relaciones con las personas y el conjunto
de las cosas, junto con la necesidad de crear una visión desde
enfoques en los que no sólo predominen resultantes emanadas de
la intuición intelectual, sino también, de la amalgama
con otras intuiciones complementarias: existenciales, emotivas y significativas.
Como lenguaje artístico nos permite mostrar el mundo que parece,
el pensado, el posible y el utópico. Un mundo no sólo
constituido por cosas físicas sino por una totalidad. Un mundo
que adquiere significado no sólo con el conocimiento intelectual,
sino con el conocimiento que pone en juego todas las facultades de la
persona humana: significados, sentidos, valores y fines.
Es
el lugar donde se encuentran los personajes y el otro (público)
—involucrados en un proceso colectivo— cargando con sus
biografías, memorias, conflictos, diferencias y que provoca el
sentimiento pleno y compartido de la situación. Es una instancia
para romper no sólo con los prejuicios y estereotipos sobre el
otro, sino también con los del conocimiento científico–técnico.
Se constituye en escenario ideal de producción simbólica
de estrategias de popularización para proporcionar la posibilidad
de autoevaluación de las actividades cotidianas del programa,
partiendo del aquí y ahora “del otro” y la posibilidad
de autocrítica de “los otros”, en este caso, para
que reconozcan sus potencialidades y puedan ponerlas en relación
con otros horizontes del conocimiento, como el científico y tecnológico,
que les permita proporcionar una dignificación de sus vidas.
El
teatro se presenta como una estrategia privilegiada para canalizar el
esfuerzo en lograr un acercamiento inicial a la articulación
y complementariedad entre arte y el pensamiento crítico, reconociendo
y popularizando el carácter simbólico del lenguaje y el
valor de estas vías de expresión comprometidas con la
vida y el conocimiento, no basado solamente en las esferas cuantificables
de la realidad.